
Holismo e individuo
El concepto holístico, que se atribuye a la visión del ser humano completa, esto es, cuerpo, alma (emociones), mente y espíritu (el yo) es premisa, hecho fundamental, en la visión de salud que debemos tener.
Es obvio que si a uno le preocupa una situación, siente una gran emoción y no duerme bien, afecta a su sueño y arrastra la sensación de pesadez al cuerpo y a la mente. Éste es uno de tantos ejemplos en los que vemos la interacción de las partes en el todo que conformamos. Es imprescindible pues, saber dónde está el origen de nuestro problema de salud y tratarlo específicamente. En este proceso y de manera simultánea debemos cuidar el resto de componentes, de enfoques, porque nos van a ayudar.
Si a esta visón, global y específica, le añadimos la individualidad de cada ser humano, la diferencia fundamental que radica en el yo, la cuestión adquiere toda la complejidad de la que venimos hablando. La voluntad de cada uno, de cada paciente, determinará también el proceso.
Si esta enorme complejidad no nos paraliza es porque la vida merece ser vivida. Y como esta experiencia de vida la disfrutamos a través del cuerpo, nosotros tratamos de dar más peso al aspecto físico del enfoque holístico. Es en la nutrición, el entrenamiento físico y la interacción con nuestro cuerpo donde se propone otro enfoque distinto al que venimos absorbiendo como ser unido a este colectivo que llamamos sociedad.
Porque es muy claro que los parámetros de la sociedad se rigen por cuestiones económicas en su mayor parte y quizá algunas sociales, pero están muy lejos de los parámetros de biología (cuerpo), microbiología (simbiosis), ecología (entorno)… que son algunos de los que nos marcan fehacientemente nuestro estado físico. Ni que decir si hablamos de la desconexión entre la deriva social y los otros ámbitos que también somos.
Siempre están presentes los dualismos, las dos caras de la moneda con las que tenemos que convivir, con las que tenemos que buscar nuestro propio equilibrio: sociedad-individuo, convencional-nuevo, economía-bienestar… si conocemos bien un extremo debemos al menos de probar el otro para conseguir encontrar esa armonía que, sin duda, nos dará salud.
Quizá éste sería el proceso en 3 pasos:
-No controlamos nada.
-Lo único que podemos hacer es ir en camino (hacia los ideales).
-Los que tratamos de instruir lo único que podemos hacer es ser ejemplo y proponer: nuevas visiones, nuevas experiencias, nuevas formas… y esperar que finalmente sea para ti nuevos y buenos hábitos.
¿Alguien más quiere bailar conmigo?