Desde un punto de vista científico, no hay duda ninguna. Suficientes evidencias prueban que unas determinadas condiciones durante la elaboración de un producto resultan decisivas para sus características, sus propiedades y su calidad final. Esto vale para un tomate, para un edificio o para cualquier objeto u objetivo en el que podemos ser creadores o cocreadores. Cada uno seguramente se lo llevará a su profesión o a determinada cuestión de su interés.
Aquí se incluye una premisa en la que creo firmemente: Hay dos formas de hacer las cosas, bien o rápido. Ello no elude que una vez uno ha adquirido la destreza, la velocidad en la que hace las cosas bien sea bastante alta.